Nivel semántico.
En el siglo II de Nuestra Era, Sexto Empírico, considerado el último de los Estoicos por algunos, o el primero de los Escépticos por otros, sostiene que "una de las tres partes del signo es aquella que nosotros comprendemos con el entendimiento". En aquel incipiente concepto del signo, había tres realidades del signo que no se podían separar:
A). El "complejo sonoro", signo propiamente dicho, o sea, lo que se practicaba, el prágmata, que en nuestro caso es la imagen, a la que podríamos llamar "complejo visual".
B). La "cosa" que está ausente, el "referente", aquello a lo que hacemos referencia.
C). Lo "designado", que equivaldría al significado o la interpretación.
Peirce en 1902 nos da la siguiente definición de signo: "Un signo, o Represetamen, es un Primero que está en tal relación triádica genuina con un Segundo, llamado Objeto, como para ser capaz de determinar a un Tercero, llamado su Interpretente, a asumir con su Objeto la misma relación triádica en la que él está con el mismo Objeto. La relación triádica es genuina, vale decir, sus tres miembros están ligados entre sí de modo tal que no se trata de un complejo de relaciones diádicas".
El significado es una posibilidad tanto de relacionar como de interpretar. De ello se deduce que el Nivel Semántico (significado) está intensamente ligado, en una relación triádica genuina, por otra parte, con el Nivel Sintáctico (relación); y por otra parte, con las prácticas culturales (Nivel Pragmático) del correspondiente grupo social.
La relación que establece Peirce entre el signo y el concepto es una de las bases que darán origen a la actual "ciencia de los significados" que es la semántica, que, a fin de cuentas, no es más que una rama, quizá la más importante, de la semiótica.
El utilitarismo más precario y urgente –al que hay que incluir la magia ritual como una pragmática, y no solo el funcionalismo mas inmediato y elemental- provoco la necesidad de <
Señalizar deviene así de un impulso intuitivo y mas tarde se convierte en una practica emperica, guiada por la experiencia que se desarrolla progresivamente y es perfecciona en la medida que crece el número de personas itinerantes, la necesidad después la facilidad y finalmente el yacer de desplazarse, junto con la aparición de la bicicleta, la irrupción del automóvil y el aumento creciente de la velocidad.
De estas urgencias emerge la presencia de un <
FUENTE:
http://www.avizora.com/publicaciones/semiotica/textos/0012_introduccion_semiotica.htm